Estudiantes de Arica y de todo Chile perderían el 88% de los aprendizajes de un año

Miércoles 02 de Septiembre, 2020

El Ministerio de Educación y el Banco Mundial dieron a conocer los resultados del estudio realizado en conjunto, denominado “Impacto del COVID-19 en los resultados de aprendizaje y escolaridad en Chile”, el cual arrojó que en un escenario donde la interrupción de clases presenciales se prolongue por 10 meses, los estudiantes podrían perder el 88% del aprendizaje obtenido en un año.

La investigación muestra la medición de una serie de indicadores del sistema educativo, tales como el impacto en los resultados de aprendizaje, la escolaridad, los resultados de la prueba PISA, la efectividad de las medidas de mitigación, entre otros, constatando un retroceso evidente de estos.

Agrega que incluso, los estudiantes de menores recursos (quintil 1) podrían perder, en promedio, un 95% de sus aprendizajes; mientras que los estudiantes de mayores recursos (quintil 5), podrían perder un 64%.

Respecto a la escolaridad, en el escenario donde la interrupción de clases presenciales se prolongue por 10 meses, la escolaridad ajustada según aprendizaje en Chile podría caer de 9,6 años a 8,3 años, es decir, presentaría un retroceso de 1,3 años.

EL MINEDUC AL RESCATE

El estudio también aborda la efectividad de las medidas de mitigación en contexto de pandemia por COVID-19, tomando en cuenta factores como acceso a dispositivos útiles para acceder a formación y capacidad de estudiar independientemente. En el caso de aquellos que asisten a establecimientos públicos, la educación a distancia podría mitigar sólo un 6% el efecto del cierre de escuelas, en el escenario de que no hay clases presenciales en todo el año. Para aquellos que asisten a establecimientos particulares pagados, la educación a distancia podría mitigar un 35% del efecto del cierre de escuelas.

La investigación añade que la sociedad nacional aún está a tiempo para mitigar las pérdidas educativas de corto y largo plazo, sobre todo para los más vulnerables. Para ello, es importante identificar las pérdidas en los niveles de aprendizaje de los alumnos una vez que el sistema educativo se reestablezca y desarrollar desde ya estrategias de reforzamiento educativo para alumnos de diferentes niveles.

“Sabemos que la situación es compleja, pero nos pone un desafío no sólo como Mineduc, sino como sociedad. Sabemos que las clases presenciales son el mejor antídoto para enfrentar esta crisis, pero mientras no se pueda volver en algunos lugares, vamos a trabajar por mitigar lo más posible estas consecuencias. Y para hacerlo debemos poner a los estudiantes y a la comunidad escolar en el centro de la discusión y dejar fuera toda trinchera política que nos impida avanzar”, detalló la seremi Pía Urrutia Iglesias.